viernes, 31 de octubre de 2014

Together

No puedo dejar de escuchar esa canción. Para ser más específico sólo escucho desde el minuto 2:12 hasta el 4:45 , ya explicaré por qué. La escucho, una y otra vez, mientras camino por la habitación y trato de dilucidar qué es lo que me genera. Ya va más de un día, quizás debería abandonarla como a tantas otras canciones que me hicieron sentir por un momento fuera de mí pero a la vez dentro de todo, de una manera cuasi - trascendental. Pero no,no puedo.
Ese silencio previo donde sólo escucho el golpe se extiende desde el inicio de la pista hasta el minuto 2, pero repentinamente sus voces empiezan a decir "Together.. to be... together.." hasta que los violines (seguro 3/4, si, deben ser 3/4) hacen su entrada triunfal y ¡zas! Creo que intentar describirlo sería forzar los límites del lenguaje, sobre todo de ese momento que pierde su temporalidad y todo se desvanece en el aire como si fuera humo; ese momento donde sentís el viento en la cara y te das cuenta que vivir está menos relacionado con el tiempo de lo que uno cree. Sentía ganas de largarme a llorar y salir corriendo , como si tanta humanidad o belleza no pudiera caber en tan sólo dos minutos (¡dos minutos!).
El éxtasis va terminando, la habitación recobra su color y forma normal, los violines se retiran lenta y tristemente como quien ha dejado lo mejor de sí y no puede hacer más que alejarse resignado. No hay mucho más que acotar sobre el resto del tema, sólo que presenta un carácter cíclico y vuelve a empezar como terminó. Éste detalle había pasado inadvertido hasta que luego pude llegar a la conclusión que era muy relevante: esos dos minutos profundos, atemporales y hermosos, eran efímeros. Y eran efímeros porque la canción volvía al punto donde había arrancado, fue como una estrella que dio su mejor brillo para volver a la oscuridad. Alguien dijo una vez: "La vida es una pequeña luz entre dos grandes oscuridades"...
To be togheter...

The xx -
Lo había sentido como un golpe duro e inexorable. Podría haberse percatado, aunque sea por un segundo, que su miserable existencia tenía sentido sólo mientras durara ese momento ; el paraíso de los que ven donde no hay nada que mirar.